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martes, 13 de abril de 2010

Análisis de la demanda y rol del asesor en su valoración, orientación, seguimiento.

Nuestro modelo de intervención.

Es un proceso de construcción que comparten el psicopedagogo y el profesor, tiene la finalidad de promover la autonomía de los diferentes centros educativos donde se colabore y de cada uno de sus profesores a través de dos ámbitos concretos de actuación:

La explicitación y reflexión sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje para contribuir a la introducción de cambios en la mejora de la práctica educativa.

La colaboración en la atención de las necesidades educativas del alumnado para elaborar propuestas curriculares adaptadas a las diferentes situaciones.

Ideas que nos ayudan a modificar y adecuar la intervención.
Construir una nueva situación partiendo del conocimiento y análisis de la realidad de cada aula para conseguir un nivel óptimo de respuesta.
El objeto principal en el asesoramiento es conseguir la autonomía progresiva del centro.
Concebir el asesoramiento como una tarea compartida, como un proceso de construcción que han de realizar de forma conjunta docente y psicopedagogo.

Los aspectos más importantes que deben tenerse presentes al concretar el trabajo con los diferentes profesores.

Atención a la diversidad: ofrecer una enseñanza capaz de ajustarse en el mayor grado posible a los diferentes condicionantes y al proceso de aprendizaje, el asesoramiento debe ajustarse en el mayor grado posible a los condicionantes de los centros y debe estar basado en una planificación, observación y actuación diversificada.

Mirar al estudiante como una persona que necesita un asesoramiento que esté diseñado especialmente para él, que se adecúe a sus necesidades pues brota de un diagnóstico del mismo.
El asesoramiento esta filtrado por representaciones mutuas.

Factores que ayudan a definir el rol del asesor.
Favorecer un cierto grado de clima afectivo, de aceptación y confianza mutua entre profesores y asesor.
Ayudar a atribuir sentido a la tarea objeto de colaboración.
Potenciar una estructuración clara de las situaciones asesoras: explicitar la demanda, definir cual es la tarea concreta de cada uno.
Posibilitar la participación y las aportaciones de todos los integrantes en la tarea.
Establecer reacciones claras y explícitas.
Estimular y apoyar la autonomía progresiva de los equipos de profesorado.
La demanda como indicador de diferentes realidades.

Antes de abordar la situación planteada como un problema se debe de reflexionar y diagnosticar las razones concretas que la motivan.

La primera tarea frente a una demanda consiste en analizar a qué responde y valorar la pertinencia o no de iniciar su abordaje.

En un segundo momento se trata de compartir este análisis con el profesorado y explicitar los objetivos de la colaboración, la redefinición o el no inicio de la colaboración en el caso que mire que no obedece a una necesidad.

El trabajo del psicopedagogo no depende en exclusiva de sus intervenciones, sino del grado de complicidad que consigue del profesorado que trabaja directamente con los alumnos, del éxito en la creación de contextos de colaboración óptimos en lo que los diferentes profesionales implicados aporten sus recursos y competencias, es decir, se defiende un asesoramiento basado en la comprensión de la realidad que promueva la autonomía y potencie las posibilidades de enseñar del profesorado.
La demanda como creación de un contexto de colaboración.

El asesor psicopedagógico necesita conocer algunos elementos de la concepción del proceso de enseñanza y aprendizaje del docente, algunas de sus priorizaciones de contenidos curriculares, su enfoque metodológico, sus ideas sobre la ayuda educativa, información sobre el contexto-clase.

Es necesario explicitar cuáles son las formas de colaboración que uno y otro esperamos obtener, se requiere de establecimiento de compromisos mutuos.

Cuando un profesor no nos requiere para elaborar una adaptación curricular, indica que otras adaptaciones elaboradas conjuntamente han promovido suficiente generalización, le han proporcionado la suficiente autonomía para solucionar por sí mismo el problema.

El análisis compartido de las demandas y necesidades es un primer elemento necesario a la hora de iniciar la colaboración con equipos de profesorado y constituye en sí misma una de las más importantes tareas asesoras.

En el asesoramiento se trata de intentar revisar y modificar los esquemas de conocimiento de los enseñantes o de promover cambios y construir nuevos conocimientos que los capaciten para anticipar y dar respuesta a los problemas planteados en la práctica educativa.
Planificación y seguimiento.

En ello cabe la manera de cómo realizaremos la revisión de los objetivos y las tareas señaladas para comprobar la adecuación o no de las propuestas y para introducir los elementos reguladores que sean necesarios para conseguir las finalidades marcadas.

Siempre hemos de trabajar a partir de lo que el profesor esta habituado a realizar y orientar desde esta base.

La reflexión sobre las posibilidades de cambio en el momento de analizar la demanda y en la planificación de su seguimiento, siempre ha de star precedida por el inventario de recursos con el wue contamos en cada uno de los diferentes niveles: centro escolar, ciclo, equipo educativo, aula, profesor y sobre todo de los del propio psicopedagogo.
Secuencia de acciones que ayudan a una zona óptima de trabajo:

Análisis de estado inicial del profesorado en relación al tema a asesorar.
Reflexión sobre los recursos del propio psicopedagogo par abordar la demanda.
Motivaciones, actitudes y sentido que tiene la tarea para los profesionales implicados. (profesores-asesores)Establecimiento de niveles de resolución.
Objetivos a conseguir en la ayuda.

Es importante que todas las actividades del psicopedagogo se oriente a promover la autonomía de los centros y de su profesorado para conseguir mejoras en la tarea educativa. La función principal ahora es observar, escuchar, revisar y a partir de las aportaciones recibidas proponer ajuste, confirmar, motivar y estimular para conseguir nuevos retos.

Cuando el psicopedagogo no es capaz de asumir el ritmo adecuado que cada contexto o situación marca como óptimo o deseable, si no se produce una buena conexión entre ambos profesionales y sobre todo cuando existe una fuerte discrepancia en los ritmos y en las expectativas, es posible que aparezcan cambios de rol.
Puede llegar incluso a reconvertir demandas que no responden a las necesidades planteadas por el profesor, y que la mayoría de las veces son fruto de su propio pensamiento.

Todo proceso ha de estar presidido por la intencionalidad de generar autonomía, por el deseo de ayudar a descontextualizar y a establecer relaciones entre las múltiples variables que interactúan en todo acto educativo.

La necesidad de seguimiento ha de aceptarse por ambas partes, valorando la potencialidad que conlleva en relación a conseguir cambios reales en la práctica educativa.
Monereo C., citado por Sibaja L, 2010.

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